Blog dedicado a la historia y cultura de Capulhuac de Mirafuentes, estado de México. Por: YABEL RENÉ GUADARRAMA RIVERA. Se autoriza la reproducción de la información siempre y cuando se de crédito a esta fuente.
lunes, 21 de abril de 2014
Semana Santa en Capulhuac 150 años de tradición
Tradición que inicia en la década de los 60's del S. XIX y que por espacio de 150 años ha perdurado
hasta nuestros días. Patrimonio tangible de los Mexiquenses, la cual puede ser una de las actividades a las cuales se puede asistir con motivo de los festejos de la Semana Mayor en México.
martes, 15 de abril de 2014
Las congregaciones durante la Colonia
A la llegada de los españoles existía un esquema
de asentamientos humanos dispersos. Sus pobladores, dedicados al cultivo
extensivo del maíz, se veían obligados a vivir cerca de sus campos de labranza.
Existían también algunos centros ceremoniales —cabeceras religiosas y
económicas donde sólo residían gobernantes, sacerdotes y algunos nobles— adonde
acudían desde los campos los naturales durante las celebraciones religiosas,
días de mercado, pago de tributo y cuando iban a prestar servicios personales
en trabajos comunales. Ante esta situación, "los españoles pronto se
dieron cuenta de que no podían ni explotar completamente ni catequizar
efectivamente a un pueblo disperso en áreas remotas, donde evadirían el tributo
y practicarían ritos prohibidos". Resultaba necesario, en primer lugar,
congregar a los naturales alrededor de los pueblos indígenas establecidos y
luego buscar lugares propicios para otros pueblos.
A principios de la década de los treinta,
tan pronto llegaron los primeros misioneros franciscanos a Texcoco y Toluca,
que eran los centros más importantes de los valles de México y Matlatzinco, se
abocaron a organizar los asentamientos indígenas según lineamientos del virrey
Antonio de Mendoza. Las directrices del virrey marcaron los primeros poblados
en el centro de México en la década de 1540. Durante la segunda mitad del siglo
XVI hubo una tendencia a asimilar los pueblos y grupos indígenas a villas o municipios
españoles, donde fuese más fácil evangelizarlos y enseñarles a vivir en
"policía". A éstos se les llamó pueblos de "congregación",
"junta" o "policía" y, a fines del siglo XVI, se les
conoció como pueblos de "reducción", en los que se siguieron los
modelos y conceptos urbanísticos traídos de España, modificados en parte por la
tradición indígena.
La Corona siguió dos modelos para apartar
a los naturales de los españoles y de los esclavos africanos: estableció
repúblicas de indios donde se separaba a los naturales del resto de la
población, y congregó o redujo en poblaciones a los indios dispersos que
carecían de residencia fija.
Los españoles designaron cuatro
poblaciones del valle de México como ciudades, creándose una categoría urbana
superior: Tenochtitlan y Texcoco en 1543, Xochimilco en 1559 y Tacuba en 1564.
Incluso los misioneros franciscanos y dominicos reordenaron ocho centros para
la conversión de los indios fuera de la ciudad de México. Tres situados en la
ribera del lago: Coyoacán, Cuautitlán y Texcoco; otros tres en la comarca de
pueblos acolhuas: Coatepec, Tepetlaoxtoc y Otumba; y dos en las tierras de los
chalcas: Tlalmanalco y Chimalhuacán.
Los pueblos se establecían en los lugares más
convenientes de cada región, "señalándoles largos términos para sus
labranzas y dehesas y montes". En 1567 se ordenó que antes de organizarlos
se tomaran en cuenta los puntos de vista de los caciques, de las órdenes
religiosas y de los residentes de la zona para elegir el sitio adecuado a fin
de que no sufrieran daño ni agravio. Al mismo tiempo se dotaría a los pueblos
de autoridades indias y de tierras suficientes para sus actividades agrícolas,
es decir, un fundo legal. A partir de entonces no se permitió establecer
estancias de ganados de españoles ni caballerías de tierras cerca del pueblo.
En 1687 se aumentó el fundo legal a 600 varas, debiéndose medir desde la última
casa del pueblo y por "todos los cuatro vientos", y en 1695 se
estipuló que la medición se hiciera desde el centro del pueblo, que casi
siempre era la iglesia.
Al agrupar a los pobladores dispersos quedarían
tierras desocupadas donde se podrían fundar pueblos de españoles y mestizos.
Así, las tierras libres podían ser solicitadas como mercedes, pues esto no
perjudicaba a ningún natural; además, estaban sin producir, en detrimento de la
Corona y de la Colonia.
Don Luis de Velasco llegó a la Nueva España en
1550 con instrucciones precisas sobre las congregaciones. Durante su mandato, y
apoyado por los frailes, se seleccionaron los nuevos sitios para los
monasterios y se proyectaron cabeceras y pueblos de visita en el valle de
Toluca. Así se formaron las congregaciones de Capulhuac (1557), Atlapulco
(1560), Zinacantepec (1560) y Metepec (1561). Algunos pueblos se juntaron en
uno solo como sucedió con Calimaya y Tepemajalco. Estas reducciones cumplían
con los deseos del rey, quien ordenó que se dieran todas las disposiciones
necesarias para "que los indios de estas tierras que están derramados se
junten en pueblos[...] con todo cuidado e diligencia, como cosa que mucho
importa".
Fuente: http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/estados/libros/edomex/html/sec_15.html
miércoles, 9 de abril de 2014
Don Nicanor Gómez y la representación de Semana Santa en Capulhuac
En la región la representación más antigua
de Semana Santa es la que se realiza en Capulhuac, empezó a realizarse en el
año de 1867 aproximadamente, por iniciativa de Don Nicanor Gómez, aprovechando
las bellas imágenes que hasta el día de hoy permanecen en la iglesia y que
datan de 1723; desde esa época se realizaba la Semana Santa, pero no con una
representación, sino con procesiones que se hacían dentro del atrio, se rezaba
el vía crucis, la gente llevaba en andas las imágenes, hacían lo que se conoce
como pasos de Semana Santa, desde entonces el acto más impresionante era el
encuentro entre Jesús y su madre.
Don Nicanor había sido miembro de la
Guardia Nacional en la época de la Intervención francesa; en cierta ocasión
encabezó la defensa de Capulhuac de las tropas imperiales, se atrincheró con
otros vecinos en el templo de San Bartolomé Apóstol, lo derrotaron y se lo
llevaron preso para Tenancingo, en donde lo iban a fusilar, logró salvarse
porque se fingió enfermo de tuberculosis, para ello se metió en la boca sangre seca de venado, la que escupía
cuando tosía, al verlo en tales
condiciones y ante el miedo al contagio, los soldados franceses lo abandonaron
a medio camino.
Cuando se dio la secularización de los
bienes del clero, Don Nicanor fue el único que aceptó un terreno perteneciente
a la iglesia católica, los demás lugareños no aceptaron terreno alguno porque
el tío Pashcamilli –así le decían al
cura del lugar-, había amenazado con excomulgar a quien lo hiciera; dicho
terreno es el que actualmente alberga al templo presbiteriano.
Un
día martes Don Nicanor andaba en la plaza de Santiago, cuando vio en un puesto
de chacharas un par de libros que a
la larga dejarían huella en él: El Mártir
del Gólgota de Enrique Pérez Scrich y El
Nuevo Testamento.
La lectura del primer libro hizo que Don
Nicanor transcribiera las partes correspondientes a la Pasión y Muerte de
Nuestro Señor Jesucristo, surgiendo así el primer libreto con el que habría de
representarse Semana Santa en Capulhuac, él fue el primer Caifás de esta
escenificación.
Al tiempo que leía el Mártir del Gólgota
se adentró en la lectura del Nuevo Testamento, poco a poco fue cambiando su
idea en torno a la religión católica, comenzó a cartearse con un pastor
protestante y acogiéndose a la ley de libertad de cultos fundó la iglesia
presbiteriana en Capulhuac.
Esto hizo que las gentes de Capulhuac no le den crédito como el
iniciador de la representación de Semana Santa, y que cuando hablan de dicha
tradición se olviden de él, dando crédito solamente a dos de sus contemporáneos,
quienes también tienen su relevancia, porque cuando Don Nicanor Gómez decidió
renunciar al catolicismo quemó el libreto; estos dos personajes se llamaban
Nieves y Margarito Mejía, ellos se encargaron de reunir a los demás actores, y
pedirles que les dictaran sus parlamentos, y volvieron a escribir el libreto de
la representación, mismo que aún existe y al que se le denomina como el libro.
El hecho de que el señor Gómez haya
cambiado de religión le trajo problemas, los antiguos habitantes del pueblo se
inconformaron con su presencia, en varias ocasiones quisieron matarlo, hasta
que un día lo lograron, lo lincharon en Almoloya del Río.
Fuente: GUADARRAMA Rivera, Yabel René. Don Nicanor Gómez. En Arcillas de mi tierra -Tradición oral de Capulhuac-. Tlacaxipehualiztli Ediciones.
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