miércoles, 17 de julio de 2013

Danza de los arrieros de Capulhuac de Mirafuentes, Estado de México -Tradición e identidad colectiva de un pueblo-

Por: Yabel René Guadarrama Rivera


Capulhuac, es uno de los 125 municipios que conforman la geografía del Estado de México. Se localiza en la región denominada como Valle de Chiconahuapan, al este de Toluca y al oeste del Distrito Federal. Se encuentra conformado por las poblaciones de San Miguel Almaya, San Isidro Tehualtepec, Santa María Coaxusco, Guadalupe Victoria, San Nicolás Tlazala y Capulhuac de Mirafuentes.
     Esta última, cabecera del municipio; lugar con profundas raíces históricas, las que en la actualidad se expresan a través de su cultura y tradiciones. En las fiestas patronales de la cabecera municipal se pueden apreciar danzas características de Negros Sordos, Inditas, Chiquihuiteros, Lobitos, Vaqueros y Pastoras. Entre todas ellas destaca la Danza de los Arrieros, misma que forma parte de las tradiciones pagano religiosas que los habitantes de la comunidad han consagrado para agradecer favores y milagros a San Bartolomé apóstol, patrono del pueblo y a la virgen de la Soledad del puerto de Acapulco, patrona de los arrieros; al mismo tiempo es el marco propicio para recordar la práctica de la arriería, que antaño fue el modus vivendi de los habitantes de esta tierra.

     En dicho lugar, la arriería como actividad económica se enseñaba de padres a hijos, se trasmitía de generación en generación; algo parecido ha sucedido con la danza: los padres la heredan a sus descendientes. La misma sirve no sólo para representar una actividad mercantil; sino también, el largo y penoso camino que recorrían estos hombres hacia las costas de Guerrero en busca de los productos procedentes de Asia que transportaba la  nao de China,  que puntual llegaba al puerto de Acapulco. Es por eso que en el transcurso del fenómeno dancístico, entre son y son los danzantes obsequian al público con productos que representan la mercancía que los arrieros trasladaban del puerto al centro del país. De este modo, los espectadores que observan esta tradición pueden obtener trastos de barro o cerámica, imágenes religiosas, cigarrillos, bebidas, comida, sal, azúcar, semillas, entre otros.
     Es durante las fiestas de carnaval cuando dicha actividad cultural alcanza su máximo esplendor, ya que los creyentes, previo al miércoles de ceniza, la representan durante tres días en el atrio del templo de San Bartolomé Apóstol para rendirle culto y agradecer favores; cuatro cuadrilla son las que participan con un aproximado de 1000 integrantes, 250 por cuadrilla.

     Así pues, la danza de arrieros no sólo rescata la memoria histórica de los habitantes de esta comunidad, es la forma en que los integrantes de ella conviven con su familia, amigos, compadres, vecinos, paisanos, visitantes; lo hacen y articulan su forma de pensar y actuar, en aras de  conservar viva una tradición que muestra instantes de la historia del ayer, que a los capulhuaquenses les forjó una identidad ante los pueblos de la región y el estado de México.


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