Por: Yabel René Guadarrama Rivera
Capulhuac, es uno de los 125 municipios que conforman la
geografía del Estado de México. Se localiza en la región denominada como Valle
de Chiconahuapan, al este de Toluca y al oeste del Distrito Federal. Se
encuentra conformado por las poblaciones de San Miguel Almaya, San Isidro
Tehualtepec, Santa María Coaxusco, Guadalupe Victoria, San Nicolás Tlazala y
Capulhuac de Mirafuentes.
Esta última,
cabecera del municipio; lugar con profundas raíces históricas, las que en la
actualidad se expresan a través de su cultura y tradiciones. En las fiestas
patronales de la cabecera municipal se pueden apreciar danzas características
de Negros Sordos, Inditas,
Chiquihuiteros, Lobitos, Vaqueros y Pastoras. Entre todas ellas destaca la Danza de los Arrieros, misma que forma parte
de las tradiciones pagano religiosas que los habitantes de la comunidad han
consagrado para agradecer favores y milagros a San Bartolomé apóstol, patrono
del pueblo y a la virgen de la Soledad del puerto de Acapulco, patrona de los
arrieros; al mismo tiempo es el marco propicio para recordar la práctica de la
arriería, que antaño fue el modus vivendi de los habitantes de esta tierra.
En dicho
lugar, la arriería como actividad económica se enseñaba de padres a hijos, se
trasmitía de generación en generación; algo parecido ha sucedido con la danza:
los padres la heredan a sus descendientes. La misma sirve no sólo para
representar una actividad mercantil; sino también, el largo y penoso camino que
recorrían estos hombres hacia las costas de Guerrero en busca de los productos
procedentes de Asia que transportaba la
nao de China, que puntual llegaba
al puerto de Acapulco. Es por eso que en el transcurso del fenómeno dancístico,
entre son y son los danzantes obsequian al público con productos que
representan la mercancía que los arrieros trasladaban del puerto al centro del
país. De este modo, los espectadores que observan esta tradición pueden obtener
trastos de barro o cerámica, imágenes religiosas, cigarrillos, bebidas, comida,
sal, azúcar, semillas, entre otros.
Es durante las fiestas de carnaval cuando
dicha actividad cultural alcanza su máximo esplendor, ya que los creyentes,
previo al miércoles de ceniza, la representan durante tres días en el atrio del
templo de San Bartolomé Apóstol para rendirle culto y agradecer favores; cuatro
cuadrilla son las que participan con un aproximado de 1000 integrantes, 250 por
cuadrilla.
Así pues, la danza de arrieros no sólo rescata la memoria histórica
de los habitantes de esta comunidad, es la forma en que los integrantes de ella
conviven con su familia, amigos, compadres, vecinos, paisanos, visitantes; lo
hacen y articulan su forma de pensar y actuar, en aras de conservar viva una tradición que
muestra instantes de la historia del ayer, que a los capulhuaquenses les forjó
una identidad ante los pueblos de la región y el estado de México.
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