Por: Yabel René Guadarrama Rivera
I
Es febrero de 2011, las
fiestas de carnaval se anuncian en el horizonte. Amanece, me levanto, enciendo
la computadora, un correo electrónico me sorprende, lo abro, mi interlocutor se
presenta, pregunta por la danza de negros sordos, por los ensayos y por las
festividades del pueblo, promete venir en esas fechas.
Me pongo en contacto con
Mauro Monroy Cortázar, es el mayordomo de los negros, le comento que un alumno
de la Escuela Nacional de Danza Folklórica pregunta por esta tradición, de su
intención por asistir al último ensayo y a los días de fiesta. Asiente
amablemente, es tiempo de mostrar a los demás las tradiciones de Capulhuac.
Llega carnaval. En el
cielo hay estruendo de cohetones, las campanas de la iglesia son echadas a
vuelo, en el atrio del templo de San Bartolomé Apóstol los danzantes desgranan
sus bailes mutados en inditas e inditos, lobitos, arrieros, negros sordos…
Rodrigo Colchado
Mercado, así se llama mi interlocutor, se hace acompañar de Josué Vite y otros
jóvenes que no conozco, me dicen son estudiantes de la ENDF, en diciembre han
estado en Gualupita Yancuictlalpan investigando la misma danza, pero ante mis
comentarios por internet de que la danza es originaria de Capulhuac quieren
conocer esta versión de cerca.
Pasamos al interior del
atrio, al lugar donde ex profeso se representa el trabajo cotidiano de una
hacienda cañera del estado de Morelos ¿quizá de Malinalco, estado de México?
Observan la danza, toman fotografías, graban con una cámara de video, dialogan
con los danzantes; estos amables responden sus preguntas. Finalmente se
incorporan al areito, los veo disfrutar. Al día siguiente parten hacia la
ciudad de México.
Semanas después al leer
los comentarios del muro de Josué en facebook, encuentro acompañada de una
fotografía de la danza, la siguiente aseveración: En ningún otro lugar he visto danzar con tanta fe y misticismo, como en
la danza de Negros Sordos de Capulhuac…
II
El tiempo pasa volando,
llegan los últimos días de octubre, con ellos los preparativos para el día de
muertos. De nueva cuenta recibo un correo electrónico, después una llamada
telefónica, Rodrigo me comenta que ha platicado con los docentes y directivos
de la ENDF, están interesados en que los alumnos de primer semestre aprendan
esta tradición. Me emociona la idea, sin saber qué dirán los danzantes de
inmediato acepto. Me doy a la tarea de visitar a Mauro y le planteo la
situación. Busco a Israel Pulido Velázquez, baila de Maringuilla, también le
comento. Ambos consienten. Faltan los músicos, Mauro promete hablar con ellos.
Jueves 3 de noviembre,
12:00 Hrs. A la casa de mi madre llega Rodrigo Colchado y los maestros Víctor
Israel Lozano Nogales, Jessica Adriana Lezama Escalona y Manuel Isaías Ángel Mariano.
Platicamos, me hablan de su interés por esta danza. Lo mismo sucede cuando
visitamos a Israel y Mauro en sus respectivos domicilios. Ambas partes convienen que la Danza de Negros
Sordos de Capulhuac habrá de llegar a las aulas de la Escuela Nacional de Danza
Folklórica.
13:30 Hrs. Nos dirigimos
a San Pedro Tlaltizapán a entrevistarnos con el señor José Luis Jiménez
Arcadio, músico tradicional, amablemente nos recibe, se le hace saber el motivo
de la reunión, de inmediato accede, hablara con los músicos que le acompañan.
Comenta que: Es importante preservar esta
bonita tradición, tan característica de los de Capulhuac… es la danza que nos
heredaron nuestros antepasados, en San Pedro, Santa Cruz, Coamilpa y Gualupita
también la bailan, pero la esencia de la misma esta en Capulhuac… (sic)
14:30 Hrs. Israel nos
invita a comer gorditas de haba en el puesto que sus papás atienden en Santiago
Tianguistenco, mientras lo hacemos Víctor, Jessica y quien esto escribe
comentamos algunas cosas relacionadas con la historia, costumbres y tradiciones
de mi pueblo.
15:00 Hrs. Nos dirigimos
a píe hacia la casa de mi madre, les invita a comer, mi esposa preparó sopa de
tamal de haba y pechugas de pollo aderezadas con chipotles, crema y granos de
elote. Concretamos las fechas, el curso habrá de impartirse en la Nacional de
Danza del 14 al 18 de noviembre, en un horario de 9 a 14 hrs. Mauro Monroy será
el informante principal, Israel Pulido le habrá de apoyar, ellos se harán cargo
del curso los cinco días de la semana. El día jueves habrán de asistir los
músicos, me invitan a que este con ellos ese día, también me piden que el día
viernes dé una plática en torno a la historia de Capulhuac.
16:00 Hrs. Mis nuevos amigos
se despiden, tienen que regresar a la urbe de concreto, mientras los veo
marchar pienso por lo vivido en este día que los capulhuaquenses sabemos
compartir, por eso mantenemos nuestras casas y corazones siempre abiertos a los
demás.
III
Jueves 17 de noviembre.
Me despierto son las cinco de la mañana, me preparo para partir a la ciudad de
México, hoy me toca asistir al curso de negros sordos, me acompaña mi amigo
Ángel Hernández Linares quien ha danzado durante 30 años, los últimos 3 ó 4 de
Maringuilla.
Abordamos el autobús, el
frío comienza a sentirse. Cierro los ojos, intento dormir, me pregunto ¿cómo
les ha de estar yendo a Mauro e Israel?, ¿cuál será la actitud de los alumnos?,
¿cuál la de los maestros?, ¿habrá interés por nuestra danza?
En la terminal de
Observatorio nos esperan Víctor y Jessica, ellos habrán de trasladarnos a la
ENDF. A la misma habrá de arribar Mauro, se hace acompañar de los músicos.
8:30 de la mañana
arribamos a la Escuela Nacional de Danza, se despejan mis dudas, nos reciben con
afecto y camaradería, antes que otra cosa suceda nos muestran la escuela, nos
invitan a desayunar, acto seguido piden a los músicos pasen al aula donde se
está impartiendo el curso, van a probar el equipo de sonido. Se escuchan
algunos sones.
Al ingresar al recinto
tanto Ángel como un servidor nos llevamos una grata sorpresa, los alumnos
además de haber aprendido en tres días la danza, se encuentran perfectamente
caracterizados, la jornada del día de hoy va a ser con música en vivo, se va a
filmar el ensayo.
Se dejan escuchar los
acordes del son de la Venia, los
jóvenes se posesionan del personaje que les toca representar. Ante mis ojos
vuelta tras vuelta desfilan el Mayordomo, el Capitán, el Cuantepeco, los Juanes
de la Rosa o Gañanes, los Negros Sordos, las Maringuillas, las María Antonias,
los Joselitos del Campo y finalmente, el Guarda caña, el Guarda campo y el
Guarda Corte. Durante cuatro horas continuas irán desmenuzando sus alabanzas y
bailes: La entrada, Paso cruzado, La
siembra, El corte de caña, La calambrina, A la rorro, El guajito, La
borrachita, Paso doble sencillo, La comida, La maringuilla, Paso de camino.
En tanto Mauro e Israel
se afanan en la enseñanza de la danza, con Ángel comentamos que la forma en que
baila el alumno que representa al Cuantepeco nos recuerda a nuestro antiguo vecino
Don Antonio Hernández, “Don Tonchi”. También creemos ver en un negro a Jaime
“el abuelito de los jugos”. Entonces la lista se hace interminable y aparecen
los nombres de Don Adelaido Alvarado, de Don Gildardo Arellano, de Ismael “el
maiz” Alvarado, de Don Pepe el panadero, del Sr. Luis Enríquez, de Cirilo “el
Chino” Vallejo, del “Toñoño”, de los hermanos Serafín, de Don Augusto, de Don
Cuco Hernández, de Víctor Izquierdo Ubaldo, de David Reyes Torres, de Toño “el
Talachas”, de Berna, de Fernando Pulido, de Federico “el campeón del Estado de
México”… Pian, pianito la alegría se ha
vuelto nostalgia, los nombres y motes de los que se fueron de esta vida y de
los que están con nosotros y mantienen viva la tradición, siguen apareciendo,
13:00 Hrs. Termina el
ensayo, los alumnos pueden regresar a sus casas. Toca ahora el turno de los
señores músicos, se va a grabar un disco compacto con los sones de la danza. El
lugar que se ha preparado para hacer el registro etnográfico de la música nos
espera.
José Luis Jiménez
Arcadio en el violín, José Luis Iglesias Hernández en el bajo y Cristóbal
Arcadio Ríos en la guitarra, durante otras cuatro horas dan lo mejor de sí. Por
supuesto que se graban La reliquia y
su Contragusto, así como el son de La
coronación, aquel que no sólo se toca en el cambio de mayordomía, sino
también, sirve como son de velación cuando un danzante muere. El trabajo en la
consola de grabación y en el equipo de cómputo es responsabilidad del Prof. Raúl
E. Mendoza Gómez.
Se registran las
alabanzas. Uno mi voz a las de Israel, y Ángel. Con devoción y respeto
repetimos los cantos que entona Mauro: Santo
Dios… Santo fuerte… Santo inmortal…
Líbranos Señor de todo mal… líbranos Señor del Infernal… líbranos Señor
del pecado mortal… Bendita sea tu pureza… y eternamente lo sea… sólo en Dios se
recrea… tanta preciosa belleza… A ti celestial princesa… Virgen sagrada María…
yo te ofrezco en este día… alma, vida y corazón… No nos dejes madre mía…
míranos con compasión… No nos dejes madre mía… y échanos tu bendición… Danos
paz en esta vida… y en otra la salvación… es aquí o no es aquí… dónde venimos a
dar… Venimos a venerar… esta fiesta titular… Venimos a venerar… este santísimo
altar… Venimos a venerar… al patrón Bartolomé…
Finaliza la jornada,
después de comer regresaremos a Capulhuac y San Pedro Tlaltizapán. Israel, más
abusado que nosotros se está hospedando en un Hotel de la ciudad de México.
Alumnos de la Escuela Nacional de Danza Folklórica interpretando la Danza de Negros Sordos en la explanada de la Plaza Hombres Ilustres de Capulhuac. Febrero 2012 (Fotografía: Israel Pulido Velázquez)
IV
Viernes 18 de noviembre.
La jornada es similar a la del día anterior. A partir de las nueve de la mañana
y durante tres horas, los alumnos siguen las instrucciones de Monroy Cortazar,
Israel se afana en instruir a las Maringuillas, Ángel comparte su baile con los
negros sordos. Me uno al jolgorio, soy un danzante más que disfruta el zapateo giro
tras giro. En las butacas, respetuosos observan nuestro rito los alumnos de
tercer semestre, a ellos se unen directivos y docentes.
Como por arte de magia
el salón donde cabrioleamos se transforma, deja de ser un aula y se convierte
en el atrio de la iglesia de San Bartolomé apóstol, la mutación invita a
saborear la danza de negros sordos; el público poco a poco se empieza a
integrar al areito. Entonces se hacen presentes la alegría, la fiesta, el baile
colectivo, la risa.
Se dejan escuchar los
acordes de A la rorro. Los negros
buscan entre el público a la joven más agraciada para bailar con ella. Las
Maringuillas invitan a unirse al zapateo, me dicen, al maestro más serio de la
institución. Acepta, las bromas comienzan, le colocan en la espalda un rebozo,
en él pongo un muñeco, el que representa al hijo que ha procreado con una
negra. De pronto nos sorprende la
calambrina, una víbora imaginaria ha mordido a los danzantes, los negros se
convulsionan, mientras las maringuillas les auxilian abanicándoles con sus
enaguas. Y otra vez comienza la danza, y ahora docentes y directivos participan
en ella, la representación del trabajo cotidiano de una hacienda cañera sigue
con toda su parafernalia hasta llegar al
corte de caña, después vendrá el son de la
comida…
Para finalizar, Mauro
les explica el significado de la
coronación, de la importancia que tiene en esta tradición y en el cambio de
mayordomía, les enseñamos el paso con que se interpreta. Se perciben las notas
de paso de camino, los operarios
imaginarios de la hacienda más grande, la
de Sn. Bartolomé salen del escenario, al último de ellos lo acompaña las
notas musicales de una diana.
12:30 Es mi turno. Les
hablo de mi pueblo, de su origen prehispánico, de la colonia y de la importancia
que el comercio ha tenido en esta tierra a lo largo de la historia, del
tianguis de Capulhuac que fue fundado por Axayacatl junto con el de Toluca.
Platico de la arriería, la que durante mucho tiempo fue el sustento económico
de los capulhuaquenses, de las danzas que se vinculan con esta actividad: arrieros, hojeros, chiquihuiteros.
Hablamos también de las
danzas de vaqueros y lobitos.
Conversamos de la danza de las inditas
y las peregrinaciones a Chalma y de Oztoteótl, transmutado en el santo Señor de Chalma. Por
supuesto de Xipe
Totec trocado en San Bartolomé Apóstol.
Retomo el tema del
curso, charlamos de la danza de negros sordos, de la relación entre tierra fría
del estado de México y el estado de Morelos, de los personajes que participan
en la danza. Al terminar la emoción me embarga, las palabras se niegan a salir
y un nudo me aprieta la garganta, el recuerdo de todos aquellos danzantes anónimos
que a lo largo de los años con su baile han sido sonido que rompe el silencio,
luz que da color a las fiestas de carnaval en Capulhuac de Mirafuentes, se hace
más patente que nunca, como se hace patente el orgullo que siento de ser nativo
de esta tierra de origen matlazinca.
Para cerrar con broche
de oro estos cinco días de trabajo, la maestra María de Lourdes Santiago
Cambray, directora de la institución que ha albergado a la danza de negros sordos
nos agradece por el trabajo realizado con sus alumnos, a cada uno nos entrega
un reconocimiento por escrito. Estamos contentos, hemos cumplido con el
objetivo trazado, la danza de negros sordos arribó a buen puerto al llegar a la
Escuela Nacional de Danza Folklórica. Es momento de regresar a casa.
17:30 Hrs. Mientras
viajo de vuelta hacia el canal de los
capulines pienso que la deuda con Don
Tonchi esta saldada. En las décadas de los 70´s y 80´s del S. XX, el señor
Antonio Hernández, además de ser maestro de pie de los negros sordos, bailaba
como Cuantepeco. Por ser vecino de la casa de mis abuelos, solía invitarnos a
mi hermana y a mí a participar en dicha danza; siempre decíamos que sí, pero
cuando pasaba por nosotros para ir a los ensayos nos escondíamos para no
asistir, mi hermana se refugiaba en el gallinero, yo me subía a lo más alto del
árbol de pirú que teníamos en el patio. Mi abuela y mi madre nos regañaban por
estar jugando con sus creencias.
En el 2002 cuando Mauro
Monroy Cortázar fue mayordomo de la danza baile por primera vez de negro sordo.
Después lo he ido haciendo de manera paulatina. Creo que a partir de ese año comencé a pagar dicha
deuda. También creo que sí Don Tonchi
viviera estaría contento de saber que la danza se ha enseñado en la Escuela Nacional
de Danza Folklórica, que en dicha institución educativa dependiente del INBA y
el CONACULTA la danza de negros sordos ha quedado registrada como patrimonio de
los capulhuaquenses.
En el camino la lluvia
nos sorprende, el trafico se hace lento pero no importa, contemplo las luces
que al caer la tarde se desprenden de la ciudad de Toluca. Sonrió, sólo queda
una cosa por hacer, agradecer a Rodrigo, a los maestros Víctor, Jessica, Manuel
y Raúl, a la maestra María de Lourdes Santiago, a la Mtra. J. Victoria Carmona
Martínez y por supuesto, a los alumnos de la ENDF su interés, entrega,
profesionalismo, amor y pasión por la danza tradicional.
Desde
la ventanilla del autobús, en la nieve que corona la figura lejana del abuelo
Xinantecatl veo la cara de mi abuela Rosario; mi mamá grande, me pide que mientras
Dios me preste vida me sienta orgulloso de mi gente, de mis paisanos, de sus
tradiciones y costumbres. Cierro los ojos, intento dormir, pero antes le digo
que así será, espero que el día de mañana mis hijos se sientan orgullosos de
ello.
Alumnos de la Escuela Nacional de Danza Folklórica en compañía de los informantes que dieron el curso de danza de negros sordos de Capulhuac. (Fotografía propiedad de los alumnos)
Artículo publicado en el periódico REGIÓN MEXIQUENSE. Enero 2012. Capulhuac México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario