Por Yabel René Guadarrama
Rivera
Danza de los Inditos de Capulhuac, México. 1975.
Archivo particular: Yabel René Guadarrama Rivera©.
Cuenta la leyenda que las peregrinaciones a Chalma son
tan longevas como la historia misma de México. Desde la época prehispánica
llegaban a este lugar, en específico a una cueva que era una réplica del útero
materno, peregrinos de lejanas partes a venerar a Oztoteótl, Señor de las
cuevas, al que también se le identifica como una advocación de Tezcatlipoca Negro.
Así mismo, antes de la conquista, en Chalma se adoraba a
la diosa Tlazolteotl o Izcuina, diosa de la basura o de las
cosas inmundas, las gentes que acudían a ella se confesaban ante los sacerdotes
de esta deidad que la concebían como la que
come los pecados que los hombres arrojan a través de la confesión, con lo
que quedaban limpios, también se señala que esta diosa era la madre de
Centeotl, dios del maíz.
En 1537 los frailes
Sebastián de Tolentino y Nicolás Perea, de la orden de los agustinos, evangelizaron
la región de Malinalco y Ocuilan.
Para 1539 se enteraron que
en San Miguel Chalma existía una cueva en que se veneraba a Oztoteótl. Indignados los misioneros,
descendieron por veredas y barrancas para dirigierse al lugar referido. Al
llegar uno de los religiosos, conocedor del ocuilteco, sumamente molesto
reprendió a los naturales, algunos lo escucharon, otros abandonaron el lugar de
culto. Los frailes tuvieron la intención de erigir una cruz en dicho lugar, como
es de suponer los nativos se opusieron.
Días después los frailes agustinos se dirigieron a la
cueva, con el propósito de imponer la efigie de la cruz, su
sorpresa fue mayúscula, Oztoteótl yacía destruido en el suelo a los píes del
altar, sobre este se encontraba la imagen de Cristo crucificado.
Inició así su culto. Milagro o no, las
peregrinaciones siguieron realizándose a la cueva, sólo que en honor al Santo
Señor de Chalma. Dicen los entendidos que dicha imagen sangrante, no es otra
más que la imagen del Señor de Burgos, que es muy venerado en España.
Durante 271 años hasta
su traslado a la Estancia de San Miguel Chalma, permaneció la imagen de Cristo
en la cueva, ya que fue para fines del siglo XVI cuando los frailes Bartolomé
de Jesús María y Juan de San José decidieron fundar un convento de visita para
los peregrinos.
Y sí, al despuntar el S.
XXI, aún podemos escuchar por las barrancas y veredas de Chalma, un rumor de voces
que parsimoniosas repiten: San Miguelito de Chalma/ Ya parece que vamos
llegando/ por la bajada de la Cañada/ San Miguelito de Chalma…[1]
Fuentes:
Avila, Jorge. El Cristo de Chalma, en Guía México Desconocido, No. 21, Edición Especial. 1995. México. Pág. 30-32.
___ Relación de la
Danza de inditas de Capulhuac. D.P.
Romero Quiróz, Javier. Historia
de Malinalco. Gobierno del Estado de México. Toluca, Edo de México.
1980.280 pp.
Sangines García, Esther. “El Santo Señor de Chalma.” En
Relatos e historias en México. Año III. Número 28. diciembre de 2010. Pág.
24-30.
[1] Canto de la Danza de los inditos, que
se interpreta en las fiestas patronales de Capulhuac de Mirafuentes, México.
Compadre es una historia muy interesante y da para pensar muchas cosas, no sería que los frailes llegaron allá, hicieron el cambiazo para que de todas formas reinara su religión, yo casi no sé de éstas cosas y respeto mucho lo que es sagrado, sólo que me hago esa pregunta. Me gustó mucho tu escrito y ésta historia desconocida para mí. Abrazos y aplausos por tu trabajo.
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