domingo, 15 de septiembre de 2013

LOS CAPULHUAQUENSES Y MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA


Cuentan los abuelos que después del llamado Grito de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla, en campaña se hacía acompañar por una mujer, la que viajaba en un carro escoltada por un piquete de soldados insurgentes. Algunas voces señalan que esta mujer era hija del Padre de la Patria, otras voces señalan que era su amante.
El 27 de octubre de 1810, Miguel Hidalgo venía de Morelia hacia la ciudad de México, llegó a Toluca. El paso obligado era Lerma.
Pobladores de dicho lugar advierten al Hidalgo que fuerzas realistas le esperaban en Lerma para truncar su camino hacia la Cd. de México, así que busca otra alternativa y atraviesa las ciénegas por el puente que estaba sobre la Hacienda de la Purísima Concepción de Atenco y se dirige a Santiago Tianguistenco donde acompañado de sus huestes pasó unas horas en dicho lugar.
Al llegar a Tianguistenco se hospedó en una casa que anteriormente era de la familia Sarmiento y ahora es habitada por la familia Acosta. Dicha casa estaba situada en la esquina que forman las calles José Castillo y Miguel Hidalgo, y que tenía adherido a su fachada un banco, en donde el padre de la patria pasó revista a sus tropas.
Mientras esto sucedía, la mujer que le acompañaba, seguida de un puñado de soldados se dirigió al pueblo vecino, a Capulhuac, y en lo que hoy es la explanada de la Plaza Cívica “Hombres Ilustres” de la población, arengó a los capulhuaquenses para que se unieran a la causa independentista.
Y así fue como varios habitantes de lo que hoy es Capulhuac de Mirafuentes, se unieron a las huestes insurgentes.

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