A los capulhuaquenses se les conoce con el
mote de champerinos. Debido a la vecindad que Capulhuac tiene con Santiago Tianguistenco;
se cuenta que en las fiestas de la cabecera municipal, un habitante del pueblo
invitaba a comer a un compadre de Santiago Tianguistenco, esperando que en las fiestas
de su pueblo el compadre correspondiera invitándolo; pero según se comenta en
Santiago no se acostumbraba hacer comida especial el día de la fiesta patronal,
cosa que molestó al capulhuaquense y por fin reclamó:
—
¡Caray compadre, en todas las fiestas de mi pueblo te invito a comer y tú nunca
me invitas a las tuyas!
Por lo que la otra persona repuso:
—
¡Si me vas a champar la comida que me
das, mejor ya no me invites, eres un champerino!
Desde
entonces se nos quedó ese apodo.
FUENTE: Javier García Sánchez. Cronista municipal.
Fotografía: "Puerta del templo de San Bartolomé Apóstol". Yabel René Guadarrama Rivera. D.R. 2014.
Interesante...y no te lo champo...¿eh?
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